Una petición, y no es musical

Siempre que escucho "Yolanda", me viene a la cabeza "Esto no puede ser no más que una canción". Pablo Milanés, sentado bajo un puente de luces, un auditorio que rompe en aplausos, una mano que aprieta la mía. Pero desde el fin de semana pasado Yolanda también se coló en cierta medida en mi vida, aunque sin dudarlo, también se coló en la vida de millones de personas de una manera infinitamente más dura...

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On the road again

Hoy he vuelto a coger la bici después de algún tiempo en la que la sustituí por la paserrera (mezcla de paseo y carrera), sol, sudor y piscina. Lo he hecho además por una de mis rutas favoritas, la de Caya/IFEBA. Es una ruta que permite acoplar la distancia y tiempo sobre la bici a las necesidades personales. Dando vueltas al "circuito" de IFEBA - rotonda de Las Bóvedas uno puede ir acostumbrando el cuerpo al ejercicio ciclista y "engrasando" las articulaciones de cara a retos más exigentes.

Pero, por supuesto, hay que llegar allí (y volver) y es ahí donde cada vez uno se pregunta si los técnicos municipales han subido alguna vez a una bicicleta. Vaya por delante que, aunque creo que insuficientes, los kilómetros de carril/acera bici en Badajoz son mucho más que en otras ciudades y que hay tramos realmente muy buenos (Puente Real/Universidad, por ejemplo, a pesar de las ramas de los árboles que de vez en cuando golpean en mi casco). Otra cosa es el tramo Universidad/IFEBA en el sentido hacia Portugal, con una acera bici pintada torpemente, sin rebajes en los bordillos y continuas señales de preferencia para los peatones. El sentido contrario al tener menos accesos puede resultar menos cansino, pero, lo siento, ni a la ida ni a la vuelta volveré a transitar por ellos y volveré al frío, duro y peligroso asfalto, esto último, sobre todo por la velocidad que algunos automóviles  pueden alcanzar camino del Faro, ni que lo fueran a cerrar.

Y no hablo de las continuas "trampas" en forma de tapas del agua, de la luz, del gas y del mismísimo Mono Burgos que parece que va a salir de una de ellas como en el mítico anuncio del Atleti. Amén del continuo traqueteo por el molesto dibujo del adoquinado aceril. Vamos un martirio.

¿Y los peatones que invaden sorpresivamente el carril (sobre todo en el Puente Real)? ¿Y los compañeros ciclistas que te encuentras en sentido contrario cuando deberían ir por la otra acera? ¿Tanto cuesta cruzar la calle (si es montado por un paso de cebra debidamente señalizado con preferencia para bicicletas, descabalgado si es un paso de cebra normal ¿tanto cuesta poner la señal de preferencia también para las bicis?)? ¿Y otros tramos de la ciudad, con los consabidos obstáculos como semáforos, señales y un señor de marrón que parece puesto por el Ayuntamiento? ¿Y los que aparcan en doble fila justo delante tuya (esta mañana un empleado municipal con la camioneta del servicio correspondiente)?

Vamos, que me voy a comprar una ciclostatic!

PD: Esto último ni en broma... no tengo sitio en casa!

Riada y recuerdo

Recuerdo que aquella mañana me desperté escuchando las noticias y nada se decía en el informativo de la desgracia. El responsable de aquella época obligaba a grabar los informativos de la mañana la tarde anterior. Demencial! Yo acababa de entrar en la COPE como colaborador (era eso o nada, y elegí eso y nada, las dos cosas, situación que afortunadamente cambió más tarde). La tragedia que vivió nuestra ciudad sirvió para que las cabezas pensantes cayeran en la necesidad del directo en lugar de intentar cuadrar horarios con grabaciones diferidas.

Recuerdo que nada más llegar a la emisora me mandaron a San Roque. Recuerdo las casa destruidas, las calles inundadas, el barro y las lágrimas mezcladas. Recuerdo entrar para Antonio Herrero (que hombre y que profesional!). Recuerdo a Juan Antonio Rodríguez conduciendo la unidad móvil (un FIAT que había ido con García a La Vuelta) como si fuera uno de sus coches de rallye. Recuerdo a Rajoy ("Mariano!" llamaba yo a voces para que el Ministro de Administraciones Públicas fuera entrevistado por Maricruz Soriano). Recuerdo el Perpetuo Socorro, los afectados, los psicológos...

Pero sobre todo recuerdo el funeral en La Granadilla. Recuerdo el dolor de los familiares, en especial de mis amigos Manolo y Pedro, y toda su familia. Recuerdo a Abelina y a los suyos en mi casa, llorando cada vez que caían cuatro gotas. Recuerdo...

Vaya ante todo mi recuerdo...

Don Cristóbal

Estaba deseando que llegara el día 28. Hoy es un lunes, final de mes y parece que pueda ser el día en el que la empresa me ingrese la nómina en cuenta. Este mes tengo muchas más ganas de lo normal porque quiero comprobar cuál será la subida prometida por el ministro Cristóbal Montoro. El de Cambil manifestaba recientemente que, pese a lo que pensemos el resto de los españoles, los sueldos han subido en nuestro país. Como lo leen. No es que nos pongan los sueldos en lo alto de una cucaña engrasada para que nos sea más difícil atraparlos (esta idea no se les ha ocurrido a los empresarios, pero tiempo al tiempo) es que dice el señor Ministro que cobramos más. Yo, desde luego, la nómina del mes pasado la vi igual de escuchimizada que los meses anteriores.

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Alkalinos: y duran y duran!

Recuerdo estos días las jornadas estivales de campamento y convivencias. Revivo aquellas siestas sentados a la sombra de algún roble y cantando canciones de Extremoduro. Represento en mi imaginación los movimientos de la mano sobre el mástil fabricando acordes de Silvio Rodríguez y Brotes de Olivo, de Migueli y Sabina, desde una hormiguita en la patita hasta la bien pagá. Revisito el bar de Sole y Pedro y su patio/velador con unos botijitos de Mahou al son de Leño, Eden o Pablo Milanés, indistintamente. No es una fecha en la que la meteorología invite a estas evocaciones. Pero yo las recuerdo.

Uno de los protagonistas de esas imágenes con banda sonora es nuestro amigo Juanma, Mancebo para más señas, al que ese bendito invento llamado internet me ha devuelto hace poco desde su retiro voluntario en el instituto de Malpartida de Plasencia. Juanma, matématico y del Atléti, ponía la parte más rockera de la sintonía de las convivencias de JAC, allá por los lejanos 90. Algo despistado, a ratos casi místico, pero apegado a la Tierra y a su tierra (Puerto de Bejar) nos trajo las primeras grabaciones de Extremoduro de cuando el Robe visitaba al Chinato. Firmemente cacereño, amigo de sus amigos y amante de las Cinco Estrellas, lo he descubierto al frente de la voz y el bajo de una interesante formación: Alkalinos.

Alkalinos están enfrascados en la composición de temas para su segundo trabajo discográfico. El primero, El Traje, es una caja de sorpresas en cada uno de los temas. A Juanma le acompañan Miguel "Keko" a la guitarra e Ignacio "Korta" a la batería, aunque este último tuvo que abandonar la formación poco después de la publicación del disco, siendo sustituido por Edu. Cada uno aporta sus influencias en el sonido del grupo, pero pueden resumirse en rock sin tapujos, sin complejos; sonidos claros y cercanos y letras cargadas de experiencia son la etiqueta de una banda de la que esperamos que muy pronto abandonen momentaneamente las Tierras del Norte y se arrimen a nuestro calor para ofrecernos una descarga en directo. Será el momento de disfrutar de su música y sobre todo de la amistad!