viernes, 23 de junio de 2006

John Mellencamp - Hurts So Good

O John Cougar, o John Cougar Mellencamp. Porque los tres han sido los nombres artísticosde este rockero clásico norteamericano.

Fría y húmeda mañana de 1951 en la que nacía John Cougar Mellencamp en la pequeña ciudad de Seymur en el estado de Indiana. John nacía con espina bífida lo que le provocó no pocos problemas en su infancia. Con 24 años decidía trasladarse a Nueva York para comenzar su carrera musical pero no sería hasta 1979 cuando obtendría su primer éxito, I need a lover, que incluso llegó a versionar Pat Benatar.

En 1982 llegaba el éxito más grande de su carrera: el fenomenal trabajo American Fool, un compendio de buen rock con toques de country, folk, blues y hasta soul. De este trabajo se extrajo un primer sencillo llamado Hurts so good que llegó al número 2 de las listas americanas...



Pero sería con el segundo single, Jack and Diane con el que JCM llegaba a lo más alto. La histoia de esta pareja aupaba al American Fool hasta el número 1 del Billboard y propiciaba una gira mundial de la que extraemos la interpretación de este Jack and Diane en el Budokan de Tokio.



John Cougar Mellencamp se ha mantenido hasta la actualidad como uno de los artistas más respetados de EEUU aunque su repercusión en nuestro país no ha sido significativa en ningún momento. JCM se lanzó a la carretera hace pocas semana para realizar una corta pero intensa gira por los USA.

lunes, 19 de junio de 2006

Poison - Every rose has its thorn

Como todas las rosas, Poison también tuvo sus espinas. La glamurosa banda alternaba en cada disco grandes canciones con otras menos afortunadas aunque la valoración total de su trayectoria se podría calificar como notable. Bret Michaels, prácticamente un clon de David Lee Roth, comenzó a perfilar lo que sería su banda en los locales de Los Ángeles a medidados de los ochenta. Era el tiempo del hairy. Triunfaban Motley Crüe, Bon Jovi, Dokken, King Kobra... Junto a Bobby Dall, CC de Ville y Rikki Rocket se empeñaron en aportar su granito de arena al nuevo glam con una idea: mezclar los Sex Pistols con Kiss y añadirle unas gotitas de ácido. Un disco sufragado por ellos mismos en un sello independiente (Look What The Cat Dragged in) les abrió las puertas de la fama. A este le siguieron seis discos de estudio (el último, Hollyweird, publicado en 2002), dos de grandes éxitos y un directo.

Este Every Rose has its thorn fue su primer número 1 en las listas americanas. Una balada con tintes country que aparecía en el segundo álbum, Open Up And Say...Ahh!, el primero publicado con una multinacional. Una verdadera delicia de los ochenta.



Y, en esta ocasión el obsequio viene de parte de su primer y sorprendente trabajo, este Talk Dirty To Me en la linea de los Slade o los Sweet pero con una estética a medio camino entre Sigue Sigue Sputnik y Boy George. Cómo eramos!

lunes, 12 de junio de 2006

Lluvia

¡Qué falta hace la lluvia! ¡Qué bien le viene este agua pa las aceitunas! Si a mi me parece estupendo que llueva. Si sé de sobra que es una bendición para nuestro campo y por ende para todos nosotros. Si es verdad que hace mucha falta y que nos estamos convirtiendo en Sahara de Arriba. Pero lo que no aguanto es esa tristeza que tiene un día con lluvia.

Pero no iba a volver a escribir en este blog para referirme tan solo a cuatro gotas (aunque no descarto un artículo algún día). Lo de lluvia viene por Lluvia Pérez, la directora de cortos del universo Homo Zapping. A mí, este esperpento me suena bastante. Estos últimos días, además, le han debido dar algún premio o algo así porque la he visto, con gafas de pasta blanca (ella, no yo), subida en un atril con un par de bustos de uno de nuestros más excelsos pintores, cuyo nombre no repetiré porque es de premio. Esta Lluvia tan real (Coixet, creo que la llaman) es pequeña, peluda, suave; tan blanda por fuera, que se diría toda de algodón, que no lleva huesos. Sus películas interesan a tan poca gente como las de la ficción. Aburridas, carentes de ritmo, imbuidas en una atmósfera seudointelectual que rezuma aromas de alcanfor y kirsch añejo, del del mueble bar de la abuela. Dicen que la más pujante directora del cine español y sin embargo sus rodajes están repletos de actores ingleses, italianos, portugueses. Que para encontrar un español o española hay que recurrir a imdb. Y su último largometraje está rodado integramente en inglés. Eso es el cine español.

El cine español está en crisis. Pero no una crisis de espectadores que, empecinados en la ignorancia, se nieguen a comprar entradas para ver la vida de unas putas o el misterio de unos lagartos. Es una crisis de identidad. Se vive más pendiente de lo que diga el más prepotente de los críticos de cine que de lo que interese al espectador. Berlanga parece de otro país. Recordar a Bardém (al bueno) es de mal gusto. Cuerda tiene que abandonar de vez en cuando su hilarante surrealismo para ser reconocido. Amenabar se pierde en las sendas de la sensiblería en perjuicio de su espactacular ritmo para el suspense. Almodovar se va de la Academia para que no propiciar odiosas comparaciones. Al que llena una sala más de la cuenta se le reprime, ignora y calumnia. Que se lo digan a Bajo Ulloa o Alex de la Iglesia. Al que adquiere relevancia en otros circuitos que no sean los de siempre se le margina. Que se lo digan a Segura o Garci. Y mientras tanto Lluvia ganando premios. País.