El pasado domingo vino al mundo el que será el tercer José Luis Lorido consecutivo de esta rama de la familia. El bebé, pese a alguna complicación al principio del parto (venía mirando para arriba, como buen atlético), salió por
Juan José estaba deseando que viniera su hermanito (el Tato, según él). Supongo que los celos llegarán, es inevitable. Y si no llegaran me preocuparía: algo habríamos hecho mal en su cuidado o algo estaríamos haciendo mal en el cuidado del pequeño. Pero ya procuraremos que esa pelusilla le sirva para crecer en los valores que le ayuden a superarla: cariño, confianza, entrega y, por supuesto, amor fraterno.
En cuanto a nosotros, si hubieramos tenido este bebé en la época de nuestros padres sería un "hijo de padres viejos", como el mío se ocupaba de repetirme una vez y otra. Pero hoy en día, tener el segundo hijo en la frontera de los 40, cuando no ya cumplidos como Mónica (sí, es una asaltacunas!) resulta absolutamente normal. Quizás los hijos se pierdan algunos aspectos de los padres jóvenes pero también ganan en experiencia, compromiso y responsabilidad
No quería terminar sin agradecer a todo el personal de Clideba y de la Clínica Iera - González Carreras, por el trato cercano y familiar, aunque sumamente profesional. Especialmente a la doctora Belén Cobo, que estuvo siguiendo el embarazo, y la doctora Raquel Gozález y el matrón Alfonso Bohoyo, que atendieron el parto. Y a Miguel y su gente de la cafetería que me han puesto unos bocatas espectaculares.
Como decían Les Luthiers: es tan hermoso tener un hijo!... y nosotros ya tenemos dos.
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