80 años de la proclamación de la Segunda República Española. Sinceramente, a un servidor se la sopla la república, la monarquía, el dictador o la madre que los parió a todos. Tal y como están las cosas más vale que nos pongamos a pensar en como salir de este atolladero en el que nos encontramos que enfrascarnos en discusiones carpetovetónicas que nunca llevan a buen puerto: lo que son homenajes para unos son provocaciones para otros. Qué le vamos a hacer? Es la eterna historia de Iberia.
Pero uno se ha considerado siempre repúblicano. Creo que si alguien debe tomar las riendas de un país debe ser elegido por todos. Como dice la famosa máxima: un rey no es rey por voluntad divina, sino porque sus antepasados se lo montaron divinamente. Guardo un profundo respeto (quizá el que no he guardado en el primer párrafo, y pido disculpas) para la figura del rey Juan Carlos. Reconozco su papel como aglutinador de sentimientos democráticos en la transicición y me cae bien, incluso. Siempre ha dicho que de haberse presentado a unas elecciones a presidente de una hipotética República, una vez culminado el proceso constitucional, el ciudadano Juan Carlos se las hubiera llevado de calle. Pero también considero que alguien cuyo poder emane del pueblo tendrá en cualquier caso mayor legitimidad que una institución arcaica como la monarquía.
Los defensores de la Corona podrán decir: Es mejor tener a alguien preparado y formado en ser rey que no un político. De eso no hay duda pero... no puede un político estar preparado y formado a tal efecto? Supongo que sí. En la república más exitosa de la historia, en los Estados Unidos, los presidentes tienen una formación envidiable. No puede llegar cualquiera a ese puesto. Y además este sistema tiene otra ventaja: si no lo hace bien, se cambia a los cuatro años y punto.
Otra cosa es la República cuyo inicio se conmemora hoy. Un cambio de gobierno llamado al fracaso que acabó en tragedia a causa de los extremismos de uno y otro bando. De la República Liberal, moderada y apoyada en la burguesía, de Alcalá Zamora se fue pasando a un sistema de izquierdas (en muchos casos con profundas brechas) intervenido por la URSS y decididamente violento. En definitiva, un intento intelectual de modernizar España (creo que con buena voluntad de los partidos moderados de izquierda y derecha) que terminó sumiendo a nuestro país en uno de los pasajes más negros de su historia.
Espero que antes de proponerse entrar en una Tercera República, nuestro país haya cambiado. Creo que de intentarlo ahora mismo (o cuando salgamos de la crisis, es indiferente) obtendríamos un resultado igual... sino peor que aquel intentento que comenzó tal día como hoy en 1931.
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