
Que asco nos da a los que esa historia de gendarmes y fascistas (como decía Ismael Serrano) nos queda tan lejos como el primer suspenso de nuestros hermanos mayores que en España se tenga constantemente que vivir mirando hacia atrás, haciendo del retrovisor nuestras gafas favoritas y del eco la banda sonora no original. ¿Que la gente no conoce a Sinforiano Madroñero? Pero, ¿quién quiere conocerlo y para qué? No se dan cuenta que las calles fisicamente significan mucho más que el nombre que llevan. La constitución debería prohibir cambiar el nombre de las calles. Averiguaríamos por lo menos en que época se urbanizó una zona determinada:
- Yo vivo en la calle Montoya.
- Pues tu casa se debió contruir mientras mandaba Paco Muñoz, ¿no?
O poner números, como en Nueva York. O solo nombres de cosas... Calle del Lírio, Plaza de la Probeta, Avenida del Polonio.
Que le pongan una calle a Ibarra, un Palacio de Congresos al bueno de Manolo, un parking subterraneo a Celdrán y un Parque de Bomberos a Monago. Pero la calle de Ibarra que no se la cambien a ninguna, o si la cambian que sea la Calle Encarnación.
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