El rock libertario-radical del Sherpa
Por Pablo Molina
Dentro del mundo de la música, resulta interesante constatar una vez más que los mensajes y las ideas más decentes proceden del tradicionalmente denominado "rock duro" en sus distintas variantes. Cuando los cantantes de música pop organizan sus festivales ecuménico-solidarios para reclamar al mundo un determinado compromiso moral, que ellos eluden escrupulosamente en su condición de ungidos, las únicas voces del mundillo que denuncian esta grosera hipocresía proceden, casualmente, de bandas de rock clásico. Debe ser que el rock and roll imprime carácter de autenticidad.
En el caso español tenemos a Sherpa, nombre artístico de José Luis Campuzano, que en su día fundó junto a los hermanos De Castro la legendaria banda Baron Rojo. Repasen ustedes algunas letras de sus canciones y verán al que quizás fue el único grupo musical que ya se atrevía a denunciar en los socialistas años setenta y primeros ochenta el terrorismo fiscal de un Estado que invadía cada vez más parcelas de la esfera individual.
La canción Señor inspector, de sus tiempos en Barón Rojo, es todo un homenaje a la objeción fiscal, suceso poco frecuente entre el artisteo, que suele combinar sus constantes exaltaciones de la injusticia social provocada por el capitalismo con el traslado de sus empresas a paraísos fiscales, a salvo de la voracidad redistributiva que tanto les entusiasma cuando hablan en público.
Fidel y Raúl CastroEn su último disco El rock me mata, ya en solitario, el Sherpa incluye otro temazo titulado El fuerte eres tú, cuya letra pudiera muy bien firmado Ayn Rand, y los tres o cuatro randianos y ancaps que hay en España no me dejarán mentir.
No creo que haya precedentes tampoco entre los músicos españoles de un artista que haya denunciado con tanta claridad y firmeza el régimen de Fidel Castro, que tantos ríos de gilipollez almibarada ha hecho correr tradicionalmente entre la producción artística de nuestra farándula. La canción se titula Dura condena y tiene estrofas tan inequívocas como la que sigue:
Con desesperación,
por escapar de ti
la gente se echa al mar.
Ser pasto de los tiburones
es mejor que ser comido
por el Gran Caimán.
Ser un ídolo del siglo XX,
esa fue tu meta;
que llevara mucha gente
tu cara en la camiseta.
Después de tanto tiempo
has terminado siendo
"Bananas" de Woody Allen:
un líder de opereta
Gran cautivador
de toda esa gente
tan intelectual;
qué bien los has tratado,
agasajado, alimentado, engatusado
y el cerebro bien lavado
a diestra y a siniestra
en tu paraíso sexual.
Estudien también el panorama musical español contemporáneo y verán que sus más eximios representantes, cuando son preguntados al respecto, no dudan en alinearse con los partidarios del diálogo sin condiciones, las rosas blancas y la rendición ante los terroristas, que es lo progre.
Pues bien, el Sherpa suele dedicar en sus conciertos una canción a la memoria de Miguel Ángel Blanco (la bellísima balada de sus tiempos de Barón Rojo titulada Siempre estás allí), mientras que, para que no haya dudas, aboga porque los responsables de aquel cruel asesinato perezcan en un mar de sangre (es lo que tiene el Heavy Metal; sutilezas, las justas).
Cuando le preguntaron en una entrevista si no temía alguna represalia de las discográficas o de sus "compañeros" de profesión por ser tan políticamente incorrecto, Campuzano contestó simplemente que le importa "una mierda". Lo siento señores, pero este tío es mi puto héroe.
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