miércoles, 14 de noviembre de 2012

El epicentro de la Música

Publicado originalmente en Iglesia en Camino (11/11/2012)
Era el 12 de enero. Los reyes habían pasado hacía pocos días y los escasos juguetes todavía estaban casi intactos. La Tierra tembló bajo ellos. Se estremeció justo en una de las partes del Mundo donde más daño podía hacer. Fue poco antes de cenar. Las cifras fueron creciendo exponencialmente: Sesenta mil. Cien mil. Ciento cincuenta mil. Como en una puja macabra nunca se llegaba al final del cálculo. Pero se llegó: fueron más de trescientos mil los fallecidos. Adjudicado!. Otros tantos heridos, muchos de ellos gravemente. Millón y medio de personas, hombres, mujeres y niños, vieron como lo que ellos llamaban hogar se hundía bajo la tierra, dejándolos solo con lo puesto. Y todo ello, como decimos, en el país más pobre de toda América. Y fueron precisamente los niños, los más pequeños, los que deberían agarrar las riendas del país cuando el futuro les alcance, los que de forma más cruel vivieron (y viven) el drama de la peor catástrofe natural de lo que llevamos de siglo.


En esas calles de Puerto Príncipe  todavía con ruinas, todavía con mucha gente sin casa, durmiendo bajo plásticos, encontró su misión el Padre Fredy. La Casa de Acogida Esperanza está todavía a rebosar. Sin juguetes, sin libros, sin medicinas... pero, sobre todo, sin alimento para tantos y tantos niños. El Padre Fredy, y a través de él, Manos Unidas, han dado ya muchos platos de comida a los huérfanos del Terremoto. Fredy les da después alimento para el Espíritu: música. Porque el Padre Fredy es músico. Los niños aprenden a utilizar un instrumento además de ir a clase todos los días para que la rutina del colegio les devuelva a la realidad. Fredy cuenta con la ayuda de veinte voluntarias y, sobre todo, con la fuerza que le da pensar que un día esos niños liderarán alguna iniciativa que cambie las cosas para los habitantes de la parte occidental de La Española.


Y ahora, al Padre Fredy se le ha ocurrido lanzar un disco con todos ellos. Se ha grabado durante los últimos meses en los High Tech Studios, en el municipio de Tabarre. Con los fondos recaudados de la venta de las copias, que esperan que salgan a la venta el próximo 9 de diciembre, los impulsores de la Casa de Esperanza trabajarán en un proyecto de autogestión para el porvenir de este hogar. El disco, con doce pistas compuestas todas por el sacerdote , recoge temas como Lespri Granmet La Sou (El espíritu del Señor está sobre mí) y Le Seigneur est grand (El Señor es grande). Se trata de canciones de alabanza, de acción de gracias y de misión en las que se dan consejos para luchar y avanzar en la vida, en la desgracia y en la Fe. Precisamente ahora que se celebra el Año de esa Fe es el momento para apostar por el Padre Fredi, por sus niños, los hijos del Terremoto y por todos aquellos que le ayudan en su camino. Amigo lector, deje un hueco en la preparación de sus diferentes listas de la compra que se avecinan para este disco. Ellos lo necesitan.

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