viernes, 7 de enero de 2011

Seguimos con el tabaco...

Aunque las supuestas falacias y las respuestas parecen escritas por un niño de primaria, respondo a esto...

1. El Estado no es quien para decidir de qué me quiero morir. Pero sí lo es para proteger a los que no fuman y mueren por el tabaco ajeno. Cada año, entre 1.300 y 3.000 fumadores pasivos fallecen en España como consecuencia directa del humo del tabaco, según varios estudios médicos. Los más afectados son los trabajadores de la hostelería. Pero si es quien para gravar el tabaco con impuestos supuestamente destinados a sanidad. Si todas las enfermedades laborales se solucionaran eliminando del centro de trabajo lo que las provocan no tendríamos ordenadores, cadenas de montaje, minas ni andamios.

2. Es la ley más restrictiva de Europa. Es casi idéntica a la de Irlanda, Italia y Reino Unido, y muy similar a las que aprobarán otros países para cumplir con la política antitabaco de la UE. Efectivamente, es la ley más restrictiva de Europa junto a Irlanda, Italia y Reino Unido y a las que aprobarán otros países para cumplir con la política antitabaco de la UE. Que haya otros países tan restrictivos o un poquito menos no la hace más justa.

3. Es una cortina de humo del PSOE para esconder la crisis económica. Pues fue negociada con el PP y aprobada por consenso, con el apoyo de la práctica totalidad del Congreso. No creo que el PP la cambie si es que gana las próximas elecciones como no cambiará ningun otro reglamento social, ni la ley del aborto, ni la de educación, ni la de los matrimonios gays... Esto tampoco la hace más justa.

4. ¿Y por qué no se persigue el humo de los coches? Sí se persigue, aunque sea poco: hay controles sobre el nivel de emisiones en cada revisión de la ITV. Que un problema aún no esté resuelto no impide luchar contra otro (y tampoco puedes entrar en un restaurante con el coche encendido). Pues que me hagan a mi un control de humos en la próxima ITV...

5. Es una ley hipócrita porque el Gobierno prohíbe el tabaco, pero cobra impuestos con él. El tabaco no está prohibido: se puede fumar en el 99% del país (al aire libre y en cualquier casa). También pagan impuestos los automóviles y no por eso se puede conducir por la acera atropellando peatones. Efectivamente el tabaco no está prohibido, lo que se prohibe es su uso. Es como si me compro un coche y solo me dejan ir con él por el pasillo de mi casa.

6. Va contra la libertad, la convivencia no debería basarse en prohibiciones. Pues todo nuestro sistema legal se basa en ellas y tu libertad termina donde empieza la de los demás. Como ironiza un amigo, “¿te molesta que coma mientras fumas?”. Que yo sepa el fin del estado de derecho no es prohibir, es garantizar los derechos de TODOS. En la zona de fumadores de un bar o restaurante no molestaba a nadie... pero es que ya no hay esa posibilidad.

7. Los bares no son un servicio público; el que no quiera fumar, que no entre. Los bares también son un centro de trabajo: el de los camareros. Y como dice Isaac Rosa, este argumento es reversible: el que quiera fumar, que se vaya fuera. Vease el punto 1. Y en cuanto al "argumento reversible"... no puede ser reversible puesto que fuera se puede fumar o no, pero dentro sólo hay una posibilidad.

Vuelvo a repetir: el tabaco es malo, causa cáncer a los fumadores activos y presumiblemente también a los pasivos. ¿Por qué no lo prohíben y con él todas los demás productos perjudiciales para la salud: alcohol, café, haburguesas, bollería industrial...? Y también, por supuesto, otros factores de muerte importantes tales como los medios de transporte, las guerras, el trabajo (cada vez muere más gente en accidentes de trabajo).

También sé que molesta a mucha gente. Hay a quien le molesta el botellón, el carnaval, las celebraciones deportivas, la música excesivamente alta de los vecinos, el humo de los coches, el ruído de las motos... A mi, en concreto, me molesta mucho en los bares la gente que no se ducha. Por lo menos con el tabaco se disimulaba algo el olor... Yo siempre pregunto a mis acompañantes no fumadores si les molesta que fume. No he escuchado todavía a nadie entrar en un bar y decir ¿les molesta que jieda a pergañeta?

Esto se trata de respeto a los derechos de TODOS. Yo no pido que se pueda fumar en todos los sitios. Ni siquiera en la mayoría. Pido que haya ALGUNO. Y si resulta que es el que quieren los no fumadores intolerantes (porque también los hay tolerantes), que se busque otro. O que se haga por sorteo. Pero quiero poderme fumar un cigarro junto con el café después de tomarme la catalana con jamón, por ejemplo. O echarme un pito acompañando a la cerveza. O charlar con un pitillo en la mano mientras saboreo un escocés... ¿Es mucho pedir?

martes, 4 de enero de 2011

Camarero, tiene fuego?

Hoy me he tomado una caña en La Marina. Aunque a muchos pueda parecerle un imposible, era el primer bar que pisaba desde la entrada en vigor del nuevo reglamento antitabaco, la Ley Schellenberg-Pajín. Con el primer sorbo de la cerveza y la posterior degustación de los chipirones en salsa americana, tonto de mí, saqué mi paquete de Pall Mall del bolsillo izquierdo de mi chaquetón de cuero. Abrirlo, posar mis dedos sobre uno de los cigarrillos y que todas las miradas del bar se centraran en mí fue todo uno. Me sentí en la escena final de una película de acción, justo cuando todos los lasers de los rifles de la policía apuntan al torso y la cabeza del malo. Yo era el malo, por supuesto. Afortunadamente para mí, recordé a tiempo la reglamentación vigente, guardé el paquete de tabaco y las armas dejaron de apuntarme.

No sé bien qué pretende esta ley. Tampoco sé lo que pretende la Ministra de los Morritos animando a denunciar a los fumadores por sus propios compañeros de trabajo o a los locales infractores por los que querrían ser infractores. Cierto es que fumar (aparte de un placer) es una de las principales causas de muerte por cáncer. Cierto que los fumadores pasivos, por lo visto, tienen también las mismas consecuencias. Pero... ¿a alguien se le ha obligado alguna vez a entrar en un bar o en un recinto dónde se esté fumando? Puedo comprender como intorable encontrarse en un Ministerio a un funcionario fumando cuando vas, por ejemplo, a presentar tu declaración sobre la renta, o que un médico pase consulta en un Centro de Salud con un Montecristo en la boca. A fin de cuentas son lugares donde la gente tiene que ir por obligación. También comprendo que el dueño de una tienda prohiba fumar por la mala imagen y por las molestías que se puedan ocasionar a sus futuribles clientes. Pero lo que no entiendo es declarar los locales de hostelería como "espacios libres de humos" (!?) cuando sus propietarios no lo quieren así, sobre todo porque entienden que será mucho peor para sus negocios.

El afán intervencionista de este gobierno llega hasta este punto: dictar cómo tiene un empresario que reservar su derecho de admisión. Y no hablo de el gasto que tuvieron que hacer muchos de ellos para adaptarse a la anterior ley. Millones en mamparas, tabiques, extractores... Sencillamente increíble.

Me cuentan que muchos bares van a cerrar y que abrirán en el mismo lugar y con parecido nombre "Clubes de fumadores". Espero que los intrasigentes no quieran entonces entrar a tomarse un café en un ellos. Supongo que los propietarios de esos negocios podrían entonces reservar su derecho de admisión. Aunque si tienen éxito, no se preocupen, la de los Morritos volverá a firmar una nueva ley, prohibiendo entonces fumar en los CDF. Sería como no dejar a los cristianos rezar en las Iglesias... Uy! Que esto ya lo han hecho!

Camarero, tiene fuego... en las pestañas!

CORRECCIÓN: acabó de releer el reglamento de los Clubes de fumadores y, con la emoción, seguro, se me había pasado un tema importante: han de ser sociedades sin ánimo de lucro. No es tan fácil entonces el cambio, aunque sí posible. Amigos abogados, ayudad a vuestros amigos empresarios de hostelería a eludir esta ley y con ello un cierre seguro!

Caillou

El próximo domingo 9 de enero a las 16.30 horas, espectáculo para toda la familia con Caillou, una aventura en el campo.

Protagonista de una de las series de dibujos favoritas de los más pequeños, Caillou es un inquieto niño de cuatro años que vive junto a sus padres y su hermana Rosie y su amigo el gato Gilbert.

La historia empieza con un trabajo escolar en el que le piden a Caillou que debe elegir las cinco cosas que más le gustan de la naturaleza.

Junto a su familia y amigos, Caillou programa una salida al campo para vivir en primera persona los aspectos de la naturaleza y disfrutar de una verdadera incursión en el campo, que incluirá montaje de tiendas, canciones alrededor de la hoguera y muchas otras aventuras.

El Show de Caillou ayuda a descubrir, entender y a gozar de su mundo, poniendo especial énfasis en los valores educativos tales como cooperación, respeto, la familia y los amigos.

Precio:
Butaca de patio: 25 €
Anfiteatro: 20 €

Feliz año

Ahora que ya hemos dado cuentas de cuantas viandas se han puesto a nuestro alcance, ahora que ya se han estrujado a base de bien los enlaces sinapticos para elegir el regalo apropiado que pedir a Sus Majestades, ahora que solo queda la ilusión de ese día en el que los Magos de Oriente nos tienen que acercar los sueños y las esperanzas de todos (aunque casi siempre solo se cumplen los de los más pequeños), ahora que ha pasado (casi) la Navidad... me acuerdo del blog.

Y tenía pensados varios temas: que no me tocó la lotería, que ya está bien de juergas, que quiero fumarme un pito después de desayunar sin tenerme que levantar de la mesa, de lo malo que es, en general, el cine español, que los juguetes andan carísimos, que quiero tomarme una caña sin pensar más en el tabaco que en la tapa, que el atléti ha empezado el año empatando, que Mourinho es un idiota, que quiero tomarme una copa sin que me pongan una multa por beber en la calle o por fumar dentro de La Buhardilla, que Mister X está a punto de llegar (de nuevo)...

Habrá tiempo para todo lo importante. Mientras tanto... Feliz Año!