#siguesinconvencerme

Van pasando las horas y uno va vislumbrando ya más detalles de toda esta movida de las acampadas y asambleas. Me permito enumerarlas y, en algún caso, desarrollarlas:


Cosas que tengo claras

• Esto ha nacido espontaneamente: me parece descabellado que un partido organizado, y menos el que está en el poder, se atreva a lanzar algo de esta entidad.
• Los partidos se quieren apuntar una: los menos disimulados, Izquierda Unida y UPyD se han lanzado directamente a la caza del voto entre los indignados. El PSOE no actúa, aunque hace guiños, para no perder agua por babor (o mejor dicho, para que entre). El PP ha abierto el debate de la conspiración para mantenerse, prietas las filas, en el camino de la victoria que le aseguran las encuestas.
• Aquí no vamos a caber todos: en general esta protesta ha reunido a la gente a base de 140 caracteres como máximo. Difícil desarrollar una idea más allá de un breve lema, un slogan que remueva algo por dentro. Los Manifiestos han sido muchos y tergiversados hasta la saciedad. De hecho hay algunos que hasta se contradicen. A medida que se van sucediendo las asambleas, se van entresacando propuestas y clarificando peticiones, también se va disolviendo la heterogeneidad inicial en los apoyos. Si al principio se pedían consignas que todos pudieramos gritar juntos, ya va habiendo personas que se callan en algunas de ellas. Si al principio los propios indignados se enorgullecían de codearse radicales con derechistas, liberales con socialistas, cristianos y comunistas... ahora, con las nuevas consignas y las peticiones sociales y económicas, más allá de las políticas, se antoja complicado ver a un liberal gritando contra los mercados o a alguien de centroderecha escribiendo el hashtag #spanishrevolution. Hacia donde termine apuntando va a depender de (curiosa coincidencia) los indignados más volcados hacia la política. Todo parece señalar a una izquierda reformista, con ciertos toques radicales.
• Todos tienen sus propios complejos: que con 5 millones de parados, la economía por los suelos, la gasolina por las nubes, sin descargas de internet, sin tabaco, sin fururo para muchos... este movimiento no critique abiertamente a este gobierno manifiesta complejo o miedo a que se les acuse de hacerle el juego a la derecha, como ya hiciera hace tiempo con Mendiluce el entorno socialista encabezado por Sabina.
• Cualquier comparación con lo ocurrido en los países árabes me ofende.
• Yo, a pesar de lo que digan unos y otros, volveré a abstenerme.

Dudas que me corroen

• ¿Por qué tanto embrollo por un movimiento que aglutina en total la mitad de lo que la caravana electoral de cualquiera de los dos partidos mayoritarios llena en las grandes ciudades?
• ¿Por qué la Junta Electoral Central ha tardado seis horas en dar su veredicto cuando la decisión estaba clara para todos: la jornada de reflexión es intocable?
• ¿Por qué se mata al mensajero y bajo el epígrafe de Democracia Real se insulta, interrumpe y/o se impide su labor a medios de comunicación?
• ¿Por qué este movimiento explota en plena campaña y no antes o después?¿Seguirá con la misma fuerza el #23M?
• ¿Por qué segun la consigna de #nolesvotes se pueden votar a los filoasesinos de Bildu o a los fascistas del Partido Social Patriota?
• ¿Por qué a Bildu no se le nombra desde hace una semana?
• ¿Por qué para reformar el sistema no se puede mirar a los países desarrollados como EEUU, Alemania o Reino Unido, que si que estan sabiendo salir de la crisis?

Conclusiones

Creo que en el movimiento hay de todo: idealistas, intelectuales, comprometidos... pero también gente que intenta manipularlo. Aunque sobre todo creo que hay gente harta de todo, buscando protagonismo real (más que democracia) para ellos y sus problemas. Un toque de atención para la partitocracia que espero continúe a partir del día 23, si no podría ser hasta contrapoducente. Si continúa no creo que el sistema cambie a corto plazo pero los partidos tendrán que cambiar para intentar atraer a esta masa descontenta hacia sus filas... y a lo mejor eso es lo que termina cambiando el sistema.

Hay bastante más de todo... pero lo dejamos para otro rato.