Tenía ya mono de parrafadas en plan blog pero espero que, si alguno lee estas líneas, comprenda que el Carnaval y toda la preparación ocupa mucho tiempo y que muchas de las cosas que se me ocurrían parecían encajar más en un pasodoble o en un cuplé que en mi blog.
Tampoco quería volver hablando de Carnaval, puntuaciones, jurados y demás... aunque el cuerpo me lo pide con toques de bombo. Tanto era así que anoche tuve que hacer un video tras leer las notas que nos pusieron los ocho hombres (y mujeres) sin piedad (según para quien). De momento voy resistiendo la tentación del lado oscuro de la fuerza...
Hoy la cosa se ha puesto calentita (NO es ironía) con lo de Fukushima. No soy yo muy de centrales nucleares pero tampoco soy muy de tuberías de propano recorriendo mi casa y si quiero tener agua caliente, calefacción y hacer un arroz con pollo no me queda más remedio. Es decir, que comprendo que tres molinillos y cuatro planchas de espejos no dan la energía suficiente para que este mundo (el civilizado?) ruede más allá de la inercia. Creo que este tipo de energía es un mal menor, un riesgo asumible en pos del avance tecnológico y el crecimiento económico. Pero lo cierto es que acojonan.
No esperéis de este post una explicación de lo que está ocurriendo en esta ciudad al norte de Tokio, un poco más pequeña que Córdoba, y que hasta hace unos días era una total desconocida fuera de Japón. Para eso seguro que encontráis páginas en menos de dos clicks que os informarán mejor que yo.Pero si quería compartir un par de reflexiones en torno a este tema.
La principal de ellas es si es de recibo que miles y miles de personas vivan con el riesgo de verse afectadas directamente por un accidente nuclear y millones puedan vivir sus consecuencias en una segunda fase. Los expertos cifran la probabilidad de un accidente nuclear en un 0,00009 por ciento en la Vieja Europa. ¿Es asumible? Parece que sí y, sobre todo, después de la catástrofe de Chernobil que hizo bajar esa estadística desde el 16% en el que estaba antes.
Otra duda que me asalta es si ya se ha encontrado alguna fuente de energía más segura, más limpia y más barata que esta. Los amigos más conspiranóicos me dicen que sí, que la fusión en frio ya es una realidad pero que el lobby de las empresas termonucleares la mantiene oculta para no perder su posición de poder. Hombre, son los mismos que me hablan del motor de agua, de los reptiles que hay en la Casa Blanca y, sobre todo, en Buckingham Palace o de la muerte de Enrique Búmburi. No sé si creerlos!
Corremos peligro en Extremadura con los dos reactores de Almaraz? Estos reactores son, además, del tipo PWR, que se desgastan con mayor velocidad que los BWR de Fukushima que, por cierto, este año cumplen 40 años en funcionamiento, el máximo de vida útil estimada para una central nuclear. Tendremos bellotas radiactivas como cantaba Robe?
Hay más, pero creo que es suficiente por hoy. Ya veremos que es lo que nos depara la noche. De momento se ha incendiado de nuevo el reactor 4. La catástrofe parece tremenda pero lo del comisario de Energía de la Comisión Europea y el Apocalipsis me ha parecido, auténticamente, de un programa de Iker Jiménez.
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